En mi cama somos 4...

El modo mayoritario de crianza actual no tiene más de 100 años y se centra en los padres en lugar de hacerlo en el bebé. 
Creemos que esta no es la forma óptima y defendemos la lactancia prolongada y el colecho basándose en que las palabras mamar y felicidad tienen el mismo origen etimológico. Para Adolfo Gómez Papí, la primera hora de vida del bebé debe pasarla pegado a su madre porque, “es muy importante para que se establezca el vínculo afectivo y la relación de apego entre ellos”, incluso tras una cesárea.

Para el pediatra, el contacto del niño con la madre es más importante y beneficioso que la alimentación y no deberíamos dejarlos llorar, sino dejarles “sentir el contacto piel con piel con su madre y notar su cariño, su calor y su calostro”. 
Esto se conseguiría colechando con el pequeño, manteniendo contacto constante y ofreciendo lactancia a demanda. 
Insiste en que las criaturas, “solo se sienten seguras cuando notan el contacto; no tienen noción del paso del tiempo, viven solo el presente: Si la madre le deja, aunque sea poco tiempo, no puede sentir que volverá enseguida, el mundo se le vuelve imposible; no aprenden a esperar por el padre o la madre cuando se ausentan y les dejan solos, en ese caso aprenden que no pueden contar con ellos”.


En mi casa dormimos Mi pareja, Vicente y Gabriel los gemelos en el medio y yo en la otra orilla...
Somos felices, me encanta...claro, que todavía son pequeñitos y no ocupan tanto espacio. Se mueven mucho eso si, pero me encanta sentirlos cerquita cuando duermen!!!!